Ahora, el primer hombre y la primera mujer, en el Huerto del Edén, estaban en perfecta armonía con Dios, tanto así, que Dios podía bajar a cualquier hora que deseaba, y hablar de labio al oído con Adán y Eva. Ahora, eso es unidad perfecta, Dios y Su creación, Dios hablando de labio al oído con Adán y Eva.
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