El Hijo [S-o-n—Trad.] parece estar, muchas veces, muy lejos. Pero cuando Él comienza a brillar: “El Sol de justicia Se levantará con sanidad en Sus alas”. Y cada vida, no importa dónde esté enterrada, la profundidad, qué tan profundo en las aguas, o en las arenas, en las rocas, se levantará para la gloria de Dios.