Cualquier viaje del bistró de YF requiere preparaciones. Nos encargamos de conseguir gimnasios o recintos multipropósitos y enviar los anuncios. En ocasiones, podemos tardar horas buscando en Internet un lugar apropiado para el bistró de YF, en especial cuando se trata de un campamento. Una vez reservado el lugar y concertada la fecha, escribimos las invitaciones y las enviamos por correo electrónico.

Además, debemos cerciorarnos de comprar suficientes vasos, café, utensilios, etc. Esta vez también preparamos una deliciosa barbacoa para setenta jóvenes. Lavamos minuciosamente la camioneta y el remolque de YF. Otro aspecto muy importante es crear la atmosfera adecuada cuando los muchachos llegan al bistró.

Y las cosas en las que uno piensa, las cosas que uno hace, las acciones, lo que uno habla, crea una atmósfera (63-0630E).

Tras conducir dos días seguidos, arribamos finalmente en la madrugada del viernes, a la 1:30 a. m.

Nuestro último bistró en Rumania fue hace un año y nueve meses y creo que los jóvenes esperaban con ansias que se repitiera. A este bistró asistieron setenta jóvenes y con seguridad podemos afirmar que el resultado final fue extraordinario. Qué grandioso verlos disfrutar todos los juegos, la comida y el compañerismo, pero lo más precioso es dedicarle tiempo al Señor para escuchar Su Palabra impartida por Su profeta.

Al concluir la cinta pasamos un momento de adoración muy dulce y maravilloso. El Señor verdaderamente nos acompañó, pues conmovió nuestro corazón durante la cinta Estén ciertos de Dios.

El grupo escuchó atentamente al Hermano Branham. Es maravilloso oír ese mensaje. Se puede repetir vez tras vez sin cansarse. En cuanto el Hermano Branham terminó la predicación varios jóvenes se acercaron buscando oración y algunos nuevamente consagraron sus vidas. ¡Gloria al Señor por otros dos bautismos en el Nombre del Señor Jesucristo!

Cuánto nos alegra animar un poco a los jóvenes en su caminar con Cristo.